Somos de esas familias que se llevan las bicis en la baca del coche allá donde vayan, y no me avergüenzo de ello. Hemos llevado las bicis
a los destinos más variados, pero pocos han sido tan placenteros como Alboraya
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Te preguntarás por qué, y la respuesta es sencilla: la cantidad y la calidad de rutas que se pueden hacer en este tranquilo rincón, con cero desnivel
.

Rutas cortas o algo más largas, cerca de la playa o de la huerta, para pasar el día o solamente el final de la tarde. Además, hablamos de una localización única en cuanto a calidad paisajística y en cuanto a calidad de los senderos. Un paisaje que cambia en cada estación del año y que es mucho más que un decorado: es la base de nuestra alimentación.
Cualquier estímulo fascinaba a las niñas –y he de admitir que a nosotros también-, haciendo que no fuese solo un paseo en bici sino una experiencia de las que no se viven en cualquier sitio.



